Mi gato mayor

Es cierto que para muchos propietarios es difícil asumir que su gato entre en una fase de vida distinta a partir de una fecha concreta, debemos pensar que la llegada de este punto sólo es un aviso para poder cuidar aún mejor a nuestro gato.

Un gato de edad avanzada podrá padecer, entre otros, problemas dentales, una disminución en su capacidad olfativa y el enlentecimiento paulatino de las funciones digestivas (estómago e intestino).
Todas estas circunstancias nos conducen a la búsqueda de un alimento adecuado a la edad y situación del animal. Los gatos senior deben ser revisados periódicamente para evaluar la posible presencia de patologías; es ideal que estas revisiones se realicen al menos una vez al año.

 

Entre los principales problemas que debemos conocer para poderlos evitar están:

  • Órganos de los sentidos: El gato geriátrico experimenta una disminución de la capacidad olfativa, lo que provoca un menor interés por el alimento, por lo que es importante que se le administre un alimento muy apetitoso. El resto de percepciones sensitivas también pude disminuir.
  • Sistema gastrointestinal: en el gato edad avanzada son frecuentes las gingivitis, la pérdida de piezas dentales, la disminución de la producción de saliva, las úlceras en la boca, disminución de la función hepática, peor absorción intestinal, peor movilidad del colon... Estos cambios son los responsables de estreñimiento, flatulencia, etcétera.
  • Pelaje: La piel de estos animales mayores sufre una clara pérdida de elasticidad y el pelo suele presentarse en mal estado.
  • Sistema urinario: El fallo renal crónico, como ya hemos comentado, es la enfermedad geriátrica “por excelencia” para los gatos; entre los principales síntomas tenemos adelgazamiento, perdida de apetito, vómitos, mayor consumo de agua, mayor emisión de orina...
  • Comportamiento: alteraciones de la función mental, con dificultad para reconocer lugares, sitios o personas, alteraciones del sueño, desorientación, agresividad...